Un último abrazo a Juan Genovés

Article de Javier Tébar, director de l’Arxiu Històric de CCOO de Catalunya, Fundació Cipriano García

El pintor Juan Genovés falleció
el pasado 15 de mayo de 2020, a la edad de 89 años. Hacemos nuestro
reconocimiento a su obra y a su trayectoria personal. También mostramos nuestro
agradecimiento por su colaboración, siempre que se le solicitó por las CCOO. Lo
hacemos muy en particular por su participación en la exposición “Solidaritat i
Art”, organizada por la Fundació Cipriano García en el año 1997
(més informació). En aquella
exposición, que inauguró la sala de exposiciones temporales del Museu
d’Història de Catalunya, se expusieron obras de producción reciente de los
artistas junto con piezas con la que habían participado en la histórica
exposición “Amnistía que trata de España”, inaugurada en Milán en la primavera
de 1972, en un acto de solidaridad de artistas plásticos, poetas y cantantes de
diferentes países europeos con el movimiento de las Comisiones Obreras y los
dirigentes obreros encarcelados durante aquellos años. Era el año de los
conocidos como “los diez de Carabanchel”, cuando a raíz de la detención de la
mayor parte de los miembros de la coordinadora general de Comisiones el 24 de
junio, durante una reunión para discutir sobre la unidad sindical celebrada en
el convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón (Madrid), se inició el
conocido como “Proceso 1001”, por el que dirigentes de CCOO fueron encarcelados
en Carabanchel, juzgados por el Tribunal de Orden Público y condenados a penas
que iban de los 20 a los 12 de años de cárcel.

Juan Genovés, que inició su
carrera en la década de los sesenta, era entonces un comprometido militante
comunista y lo fue hasta finales de los años setenta. Durante la década
anterior las series de sus pinturas mostraban multitudes movilizadas y
vinculadas con el fenómeno de la represión y las torturas que padecieron los
miembros de la “resistencia ordinaria” frente a la dictadura.

La obra de Genovés es personal e
irreductible. Aunque no cabe duda de que uno de sus cuadros lo ha hecho
claramente reconocible y, sin duda, asocia su obra a un mensaje universal. Nos
referimos a la obra pictórica conocida como “El abrazo”, realizada en 1976 por
el pintor valenciano, y que ha terminado convirtiéndose en un icono de la
transición de la dictadura a la democracia en España. Esta es posiblemente la
obra más popular del artista. Se trata de pintura acrílica sobre lienzo de 1,50
por 2 metros. “El abrazo” es una pintura en la que, como es habitual en el
resto de la obra de Genovés, se presentan figuras humanas aunque en esta
ocasión son personas, mayoritariamente hombres, con los brazos extendidos, con
predisposición a reconfortarse y expresando una actitud de celebración. Su
autor ha destacado que el mensaje del cuadro es el de la reconciliación de los
españoles por la que muchos lucharon en aquellos años.

A la popularidad del llamado “El abrazo” contribuyó que, a petición de la Junta
Democrática opositora para reivindicar la libertad de los presos políticos,
fuera reproducida en formato cartel por Amnistía Internacional durante aquellos
años del cambio político en el país. En el cartel se añadía en una faja
horizontal inferior la palabra “Amnistía” de manera encadenada. AI reprodujo
medio millón de carteles. Esto propició que inmediatamente también se hiciera
una mayor tirada del cartel que el autor había cedido para su difusión.

Por otro lado, el cruento
atentado contra un grupo de abogados y un administrativo, miembros del PCE y de
CC.OO., en el despacho situado en el tercer piso del número 55 de la calle
Atocha, el 24 de enero de 1977, confirió un nuevo significado a la imagen de
Genovés. Su conexión con aquel luctuoso acontecimiento se estableció a partir
de que en aquel despacho, algo propio en los ambientes antifranquistas, estaba
colgado el cartel de Amnistía en la pared y durante el asesinato de los jóvenes
se manchó de sangre, tal como retratara la película “7 días de enero” (1979) de
Juan Antonio Bardem al reconstruir aquella terrible escena. El símbolo pasó a
adquirir una nueva dimensión, puesto que a su identificación con la lucha por
las libertades políticas y sociales se superponía una denuncia del acto
cometido por miembros de la ultraderecha española. De esta manera se relacionan
dos historias, la del cuadro y la del cartel que está agotado en todas sus
ediciones, de forma que hoy la imagen reúne los títulos de “El abrazo” y “Amnistía”
de manera indistinta.

Años más tarde, en 2003, aquella
imagen se convirtió en la escultura “El abrazo”, realizada por el propio
Genovés por encargo del sindicato de CC.OO. Fue con motivo de la conmemoración
de los 25 años de la fecha en que tuvo lugar el asesinato de los miembros del
despacho laboralista. La pieza está ubicada en la madrileña plaza de Antón
Martín, a unos cincuenta pasos del lugar, como bien señaliza una lápida en el
portal del número 55. Sin embargo, no fue hasta el 24 de enero de 2007 cuando
se colocó la placa conmemorativa que informa a los transeúntes más jóvenes
acerca del monumento y su significación.

La pintura de Genovés, sin
embargo, tuvo su propio itinerario. El cuadro tiene su propia historia y
conviene recordarla. El mismo año de su creación, 1976, la pintura fue
adquirida por un coleccionista de Chicago en una subasta que tuvo lugar en New
York. Volvió a España a raíz de las gestiones que se llevaron a cabo por parte
del gobierno de UCD presidido por Adolfo Suárez, a partir de 1977, en
consideración del significado político que expresaba la obra. Esto no evitaría
las posteriores tribulaciones de una pintura que hoy ha terminado simbolizando
el cambio político en España
. Según el propio
artista: “El cuadro vino, pero las fuerzas derechistas lo secuestraron y no
aparecía. Lo escondieron por orden de gente de derechas. Había pasado la
aduana, teníamos documentos de la propia aduana y de la entrega en el Museo
Español de Arte Contemporáneo en Madrid, en la Ciudad Universitaria (actual
Museo del Traje). Pero el cuadro no estaba. La noticia de su desaparición salió
incluso en los periódicos. Algunos trabajadores del museo, miembros de
Comisiones Obreras, se pusieron a buscarlo y lo encontraron al fin perdido
entre un montón de cajas, en el último rincón. Estaba metido en una caja, que a
su a vez estaba dentro de otra caja tirada en el suelo” (més informació)

Finalmente, en 1988 “El abrazo”
ingresó en las colecciones del Centro de Arte Reina Sofía, tras la ordenación
de los fondos del Museo Español de Arte Contemporáneo como centro antecesor del
Museo Nacional. De nuevo, se produjo su “desaparición”, conservado en los
almacenes de esta pinacoteca, hasta que en el año 2012 la mesa del Congreso de
los Diputados solicitó una cesión temporal a partir de una iniciativa del grupo
parlamentario de Izquierda Unidad y, finalmente, fue cedido por el Centro Reina
Sofía.

Desde el 7 de enero de 2016, el cuadro está expuesto en el vestíbulo del
edificio del Congreso junto a las representaciones pictóricas de los reyes de
España, los bustos de los presidentes de la Segunda República Manuel Azaña y
Niceto Alcalá Zamora, y el de la precursora del voto femenino en España, Clara Campoamor. Podría decirse que hoy “El abrazo” es un símbolo
que se ha connotado, diluyendo la carga política del momento para transmitir un
mensaje ecuménico y conciliatorio como relato de la transición; pero también ha
ido acumulando una carga semántica que ha permitido variados usos políticos.

Hoy queremos dar nuestro último
abrazo a Juan Genovés.